15 diciembre, 2015

Los sentimientos no se pueden romantizar.

Tengo una tendencia a romantizar las cosas, romantizo experiencias pasadas y romantizo mis ideas sobre experiencias que nunca viví. Pero hay algo que no puedo romantizar: mis sentimientos.
Si tuve una experiencia que me hizo sentir de una forma desagradable o que no me satisfizo, no puedo recordarla y pretender que me gustó. Me di cuenta que mis experiencias relacionadas con los chicos entran todas en esa categoría de insatisfacción. Si describiera las experiencias como si fuera una persona que observa lo que sucede desde afuera, como espectador que mira una película y después cuenta lo que pasó a un amigo, las situaciones podrían parecerle dulces, emocionantes. Lo cierto es que si nos metiéramos en la mente del personaje de la protagonista, sabríamos que la experiencia real fue bastante decepcionante. Si, como protagonista puedo decir que fue decepcionante porque nunca me sentí como creí que me iba a sentir y eso lo atribuyo a que nunca fue con la persona indicada. 

Salidas al cine, noches en vela mirando las estrellas, agarrarnos de la mano, pasarme toda la tarde adentro de su habitación mirando películas y hablando, apretar en un baile, todas esas cosas que pueden ser románticas, excitantes, divertidas, me dejaron sintiéndome incompleta porque mientras las vivía o cuando las recordaba me llenaba esa sensación de que tendría que haber sido con otra persona. Una persona que no existe en mi vida todavía pero que tengo la certeza de que cuando aparezca lo voy a saber. Tuve varias experiencias que deberían haber sido agradables y no lo fueron. Ahora siento que en parte fue culpa mía por querer apresurarme a vivir esas experiencias sin detenerme a pensar que las experiencias las crean las personas. Una experiencia en sí no es buena o mala, es la gente con la que compartís dicha experiencia, la forma en la que te sentís con respecto a ellos, lo que determina cómo te sentís. Puedo intentar romantizar las experiencias, tomar un evento y convencerme de que fue mejor pero las viví de una manera y las sentí de una manera que no puedo cambiar. Dentro mío sé cómo me sentí y, honestamente, no disfrute ninguna de esas experiencias, ningún beso, ningún abrazo, nada. Solo disfruté la idea que tenía de ellas.
Me pone triste verlo de esta manera, me doy cuenta que no puedo contar ninguna de estas experiencias y sentirme orgullosa, más bien me sucedería lo contrario. No me arrepiento pero siento que tendrían que haber sido de otra manera. Incluso mientras vivía alguna de esas experiencias pensaba lo genial que me sentiría si tuviera sentimientos por la persona con la que estaba compartiendo esa experiencia. Porque eran cosas íntimas, no era una salida con amigos, era algo que tendría que haber sido especial pero no lo fue. 
Dicen que las cosas llegan cuando menos las esperás pero cómo puedo no esperar algo que quiero tener? No puedo seguir mi vida como si nada, sin pensar que me gustaría saber que es estar enamorada de alguien y sentir que alguien está enamorado de mí (y que ese alguien sea la misma persona). Me bajonea. Siento que me merezco vivir esas experiencias y muchas más y sentir que fueron especiales, en lugar de vivir todo a medias. Me molesta hasta soñar despierta porque no debería ser así, debería tener a alguien. No es tan difícil, conozco personas que ya encontraron a ese alguien y no son ningunas santas. Entonces, por qué no yo? No está en mis planes? Tengo planes? A veces siento que podría ser tan lindo y simple, alguien te quiere, vos lo querés y comparten ese cariño. Y lo que pasa después se verá, si dura o no se verá, pero vivir eso es algo que tengo pendiente. Estar acurrucados mirando películas, acariciarnos el cuerpo, besárnos hasta desgastarnos nuestros labios (♪). Anhelo las cosas más puras y simples y aún así son las más difíciles de encontrar. Será que es cierto lo que dicen, que lo que vale la pena es difícil de encontrar. Pero para encontrar hay que estar buscando y no era que esas cosas no se consiguen y que simplemente aparecen? Me tiene harta tanta contradicción. Me tiene harta estar amargada por algo que no puedo controlar. 

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