18 octubre, 2010

Evasión

Evasión. Todos somos víctimas de la evasión. ¿Nunca observaste la cantidad de gente que escucha música al caminar o transitar por la calle? Yo sí. ¿Alguna vez te preguntaste por qué será? Yo me lo pregunto a menudo. Creo que lo hacemos para desconectarnos del mundo o simplemente queremos opacar nuestros ruidosos pensamientos que se vuelven más intensos cuando nos encontramos solos.
La música es, a mi criterio, el mejor método de evasión. Prefiero encerrarme en mi habitación, con mi música favorita a todo volumen, cantar, gritar y saltar, a salir por ahí a tomar alcohol o fumar porro. ¿Por qué no hago eso? Porque el efecto que te causa es inútil. No te ayuda a reflexionar, ni te ayuda a liberar tus tensiones. Solo te olvidás de todo durante un rato, pero el sentimiento que querías evadir, permanece.

Cuando veo a mi al rededor, suelo observar lo alegres que parecen todos y me siento miserable por no ser así. Pero luego lo vuelvo a mirar, desde otro punto de vista y me doy cuenta  de que la diferencia entre ellos y nosotros, es que ellos evaden sus problemas con diversión insana mientras que yo elijo reflexionar con la música. Soy valiente, me banco la soledad que me invade por momentos. No aguantarían el hecho de no pertenecer a un grupo. Su grupo lo es TODO para ellos y sin él no son NADA. Ellos optaron por la evasión a corto plazo y yo por la diaria y continua búsqueda del bien. Podrá ser el camino más doloroso, pero al final, no me voy a arrepentir de los errores que cometí al intentar olvidar lo realmente importante en la vida, aquello que nos ayuda a crecer.

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