20 octubre, 2010

Algo que escribí en 4to de liceo estando en clase de historia.

Creo saber cómo se sienten aunque la verdad es que no lo sé. Supongo que deben estar bien, eso parece por la forma en que se comportan. Por otro lado me cuesta creer que alguien puede estar sintiéndose tan mal como yo, en este momento. Porque si así fuese, no podrían ocultarlo. O tal vez sí, como yo creo ocultarlo también.
Me imagino el concepto que tienen de mí. La aburrida, antipática, antisocial que vive en su mundo. Intento no adivinarles el pensamiento pero no tengo la confianza necesaria para darle más importancia a mi propio concepto sobre mí. Nunca tuve tal confianza pero antes no me sentía débil como ahora. Estar sola no me afectaba, o quizás si lo hacía porque lo recuerdo con tristeza. Recuerdo como suspiraba ante la noticia de una hora libre, cuando el resto gritaba de felicidad. Iban a poder jugar, divertirse, descansar mientras que yo solo iba a comprobar aún más lo sola que me encontraba. Eso fue hace años. Quise creer que no volvería a pasar, pero así fue. Me encuentro en un liceo nuevo, rodeada de gente que finge atender a la profesora mientras seguramente piensa en lo que le gustaría estar haciendo. Suena el timbre del recreo, todos salen afuera animados y yo solo quiero salir corriendo de este lugar.
Miro a mí alrededor y no puedo evitar compararme. ¿Por qué soy tan diferente? Su ropa de colores contrasta con la mía, opaca y poco llamativa. “Uno es lo que viste” dicen algunos, y a pesar de que no soy superficial, ahora le encuentro sentido a ese refrán. Me siento opacada, invisible. No logro destacar en nada, no puedo decir lo que siento, a quién le importa de todas formas. Mi ropa refleja lo que estoy siendo. No me gusta llamar la atención, y por eso me visto con algo que ni siquiera a mi me convence. Que sé que no me favorece ni destaca algún punto bello en mí. Me hacen sentir fea, fea seré entonces. Mi mente funciona de esa forma últimamente.
Es increíble como uno puede imaginarse cómo va a resultar algo y termina siendo todo lo opuesto a lo que esperabas. No necesito decir que al comenzar el año pensé que tendría amigos, alguien con quien reír, matar el tiempo libre y liberarme en los recreos. Un año positivo era mi deseo. Un año miserable es la realidad. ¿De qué me sirve volver a sentirme fuera de este mundo? A veces pienso que es mi destino sentirme así, que realmente no debí nacer en esta época. Que fui, soy y seré DIFERENTE.

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